El uso de marcadores tumorales para diagnosticar, evaluar el pronóstico y seleccionar un tratamiento adecuado para el cáncer ha sido posible gracias al desarrollo de herramientas de análisis molecular baratas y fáciles de usar, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Mantener la integridad de los biomarcadores durante su procesamiento y almacenamiento es, por tanto, de vital importancia para diagnosticar con precisión y dar un pronóstico de muchas enfermedades diferentes, incluidos los cánceres. Para almacenar de forma segura las muestras para la investigación o el uso clínico, se utilizan procedimientos de congelación para detener la degradación de los biomarcadores utilizados para la identificación de estas enfermedades. Sin embargo, la estabilidad a largo plazo de estas moléculas depende de las condiciones de almacenamiento a largo plazo proporcionadas por equipos especializados en función de las temperaturas de almacenamiento requeridas. Cuando se trata de almacenar con seguridad importantes biomarcadores del cáncer en bioespecímenes de fluidos, células y tejidos, se suele recurrir al almacenamiento a temperaturas ultrabajas.
Antecedentes
El análisis de muestras de tejidos y fluidos corporales congelados se ha convertido en una práctica habitual en los casos de sospecha de cáncer tras los recientes avances en las aplicaciones prácticas de los diagnósticos moleculares, que permiten detectar moléculas biológicas asociadas al cáncer, más conocidas como biomarcadores.
Una evaluación precisa de los biomarcadores en una muestra biológica se considera hoy en día esencial para realizar un diagnóstico preciso. Por lo tanto, es necesario mantener las características biológicas clave de la muestra durante su procesamiento y almacenamiento, ya que dichos biológicos contienen moléculas vitales necesarias para una serie de pruebas que pueden degradarse con el tiempo y a determinadas temperaturas. Como la actividad de estas moléculas depende de la dinámica entre ellas y la temperatura ambiente, la reducción de la actividad de las proteínas mediante la disminución de la temperatura es un mecanismo que se utiliza desde hace décadas para mantener de forma fiable los bioespecímenes.
Biomarcadores en oncología
En oncología, las pruebas de biomarcadores identifican genes, proteínas y otras sustancias que pueden revelar información sobre un cáncer, ya que cada tipo de éste muestra un patrón diferente de ellos. Los datos pueden utilizarse entonces para diagnosticar o clasificar el cáncer, estimar el pronóstico o seleccionar un tratamiento adecuado. Los marcadores tumorales se dividen en dos grupos: marcadores tumorales que se encuentran en los tejidos y marcadores tumorales circulantes que se encuentran en los fluidos corporales.
Marcadores tumorales tisulares (o celulares)
El tejido congelado a muy baja temperatura se utiliza para las pruebas de biomarcadores de cáncer, ya que proporciona ácidos nucleicos (ADN y ARN) y proteínas de alta calidad para los procedimientos de prueba. Sin embargo, la idoneidad de las bioespecies tisulares para las pruebas de biomarcadores depende en gran medida de cómo se procesen y almacenen las bioespecies, pero, en general, los congeladores de temperatura ultrabaja son el equipo de elección cuando se busca una solución para almacenar estas muestras de forma fiable.
Marcadores tumorales circulantes
Los tumores liberan cierta cantidad de sus fragmentos en la zona peritumoral. Estos fragmentos pueden ser células malignas individuales, racimos, proteínas o ácidos nucleicos. En consecuencia, estas moléculas pueden encontrarse en múltiples fluidos corporales, como el suero, la saliva, la sangre y la orina, y pueden utilizarse como indicadores tumorales. Por esta razón, muy a menudo se analiza el plasma sanguíneo para encontrar estos biomarcadores. Por lo tanto, las condiciones de almacenamiento del plasma son factores preanalíticos importantes que influyen en los resultados del análisis de los marcadores tumorales circulantes. En general, estas muestras se almacenan a temperaturas que van de -80°C a -20°C, siendo las más rígidas las que ofrecen una mejor calidad de la muestra a lo largo del tiempo.
Congeladores de temperatura ultrabaja fiables para la investigación moderna del cáncer
Los
congeladores de temperatura ultrabaja son esenciales para el almacenamiento de muestras en la investigación del cáncer y son especialmente importantes para mantener la estabilidad y la calidad de los biomarcadores. Por ello, a la hora de seleccionar los congeladores de temperatura ultrabaja que se van a comprar y utilizar, hay que tener muy en cuenta el rendimiento y la fiabilidad de estas unidades. La flexibilidad que ofrecen los distintos puntos de ajuste puede ayudar a los profesionales médicos a elegir la temperatura de almacenamiento adecuada en función del tipo de biomarcadores que se vayan a congelar y de la duración del almacenamiento requerida. Además, los congeladores de temperatura ultrabaja deben mantener una temperatura uniforme dentro de sus armarios para conservar mejor las muestras, mientras que los tiempos superiores de recuperación de apertura de la puerta (DoR) y de retención ayudarán a garantizar su seguridad incluso durante eventos adversos. Certificaciones como la MDR de la UE garantizan el cumplimiento de las normativas que regulan la producción de productos sanitarios de calidad. Éstas, junto con los sistemas de supervisión en tiempo real 24/7, pueden garantizar que las muestras se almacenen siempre en las condiciones más idóneas. Además, las operaciones de eficiencia energética y los refrigerantes ecológicos garantizarán que los laboratorios puedan alcanzar niveles de sostenibilidad considerables.
Conclusión
Las muestras almacenadas a temperaturas ultrabajas suelen ser preferibles a otros tipos en las pruebas de biomarcadores del cáncer porque la mayoría de estos biomarcadores, como los ácidos nucleicos y las moléculas de proteínas, son propensos a la degradación debido a diversos factores. Además, los bioespecímenes también contienen moléculas degradativas cuyas actividades están muy influenciadas por la temperatura. Por ello, para preservar los biomarcadores es necesario elegir temperaturas de almacenamiento adecuadas que hagan inactivas estas enzimas. Diversos estudios han demostrado que si los bioespecímenes se utilizan principalmente para el análisis de ADN y proteínas, el almacenamiento a largo plazo a temperaturas entre -70°C o -80°C puede ser eficaz. Por este motivo, se deben utilizar congeladores de temperatura ultrabaja fiables para almacenar estas delicadas muestras: al proporcionar flexibilidad de temperatura y seguridad de las muestras con estos productos, los investigadores pueden utilizarlos para almacenar sus productos biológicos durante largos periodos de tiempo. Además, hay que dar prioridad a los congeladores de temperatura ultrabaja que emplean refrigerantes verdes naturales y que poseen todas las certificaciones necesarias para garantizar siempre la seguridad de las muestras.